No me gustó, o más bien, no me gustó tanto como la primera temporada. Si después de decir eso todavía alguien sigue leyendo, espero pueda invitarlo a un viaje de paciencia donde expondré mis razones.
Para ser honesto, no tenía demasiadas expectativas porque, por un lado, consideraba que la historia contada en la primera temporada era más que suficiente, y por el otro, los elementos que le dieron éxito en un principio, me parecían imposibles de replicar sin que se vieran repetitivos o chiclesudos (prefiero esta palabra a cliché, porque me suena más pegajosa e incómoda, como los clichés).
Por ejemplo, yo atribuyo el éxito de Stranger Things al desarrollo de los personajes de Winona Ryder y David Harbour (Joyce Byers y Jim Hopper respectivamente) y casi que dejo de lado a Millie Bobby Brown y su interpretación de Eleven. A continuación dejo un espacio para que manifiesten libremente su indignación.
Si aún siguen leyendo, me permitiré una explicación: Joyce Byers es la perfecta representación de una mujer que, como cualquier madre que pierde a su hijo, se niega a aceptar su muerte. Como diría el psicólogo de telenovela “no ha superado la etapa de negación en su duelo” y en ese estadío mental se pone en el trabajo de, literalmente, viajar al otro mundo a traerlo de vuela. A diferencia de Orfeo y otras figuras emblemáticas de mayor envergadura, Joyce logra evitar mirar atrás y recupera a su hijo para alegría de todos los televidentes (¿internautas?), pues toda la serie se construye alrededor de la llegada de este momento, ya que es ahí donde se ven justificadas (y por consiguiente “catarcizadas” ¡jejeje!) todas las estrategias exhuberantes de comunicación de ultratumba que una madre aferrada a su última esperanza nos hizo aguantar capítulo tras capítulo. Si Will no tuviera una madre, Stranger Things sería la historia de cómo un grupo de amigos perdió a un miembro de su grupo y lo reemplazó por una niña con poderes. Yo sé que estoy exagerando y omitiendo el hecho de que es Eleven la que insiste en que Will está vivo, pero ella es sólo la última estrategia de Joyce, quien para ese punto ya ha agotado las psicofonías del teléfono, los radios que se prenden solos, las luces de navidad y ahora acude a la psíquica telequinética vidente.
Jim Hopper, por su parte, es un militar veterano cuya hija murió a causa de un cáncer, a pesar de haber intentado todos los tratamientos posibles de la época. Es esa motivación la que le permite ayudar a Joyce, abofeteando a todo el que se le interponga, invadiendo las propiedades privadas que corresponda y finalmente invadiendo el “Upside Down” para arrancar a Will de las garras de la muerte. Son entonces estos dos, un padre y una madre con bastantes enfermedades mentales, los que resultan cohesionando a un grupo de niños locos, desprovistos de figuras paternas importantes. Supongo que es esa familia la más stranger de todas las stranger things.
Es por ello que considero que la historia no podía seguir mucho más adelante sin llegar a ser repetitiva y supongo que me gustan los finales agridulces donde no explican más de la cuenta: Sí, Will volvió de su dimensión extraña, pero ahora vomita bichos fantasmales y puede ver el otro mundo, así que el esfuerzo de Joyce tiene consecuencias inmutables ¡así es la vida!. Sí, Eleven probablemente está muerta, pero los salvó a todos, así que su sacrificio valió la pena y nos dejó enseñanzas sobre valorar el tiempo que tenemos con las personas que tenemos, porque no siempre van a estar ahí ¡Así es la vida! ; además nunca entendí de dónde le venían sus poderes especiales y mientras menos sepa ¡mejor! ¡se mantiene el misterio!. El gobierno se va a encargar de cubrir todo lo que pasó, incluída la muerte de Barb, que realmente se murió porque la niña de padres irresponsables e inútiles quería tener sexo con el niño lindo de la escuela y ahora le toca vivir con el cargo de conciencia ¡Así es la vida!. Nada estaba especialmente bien ni especialmente mal, todo estaba en su preciso lugar y eso me encantó ¿De verdad necesitábamos una segunda temporada?
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Procedamos entonces a explicar, una a una, las cosas que no me gustaron de la segunda temporada:
Personajes Nuevos Innecesarios:
- Maxine Mayfield/Billy Hargrove: Si omitimos a estos dos de la historia, el argumento no cambia demasiado y es fácil cubrir su ausencia. Su única participación esencial en la historia es cuando Eleven cree que ya no la necesitan porque ve a Mike y a Max riéndose; escena supremamente forzada, porque ni con la edición se logra justificar que un niño que ha visto cosas tan tenebrosas, de repente termine riéndose de una persona dando vueltas con una patineta. Además que Mike sigue tratando muy mal a Max el resto de la serie, como si ese intercambio positivo jamás hubiera sucedido. Si querían alejar a Eleven de Mike, sin recurrir a estos chicles, sólo bastaba con mostrar a Eleven arrepentida por haberse dejado descubrir cuando se encontró con la niña y su madre en el columpio. Ese día, al correr a la casa a arreglar el error tratando “no ser estúpida” se encuentra con los documentos de su propia madre y la historia se desarrolla de la misma manera. Habrá quien me diga que Max es importante cuando enfrenta a Billy, para salvar a Steve, pero la causa de Billy siendo un problema es la existencia de Max misma. Si suprimimos a Max, suprimimos a Billy y por consiguiente ese conflicto innecesario. Además que cualquiera de los chicos podría haber intentado manejar un carro. Supongo que Max fue incluída para tener más personajes femeninos fuertes (¿más fuertes que Joyce o Eleven?) que enfrentaran al macho opresor, pero su apariencia y su desarrollo de personaje son tan innecesariamente parecidos a Beverly Marsh (con mucha menos sangre, por supuesto), que lo más elegante sería que Stephen King los demandara.
- Kali Prasad: Empezando porque ponerle eight es como si le hubieran llamado bola negra ¿no es eso un tanto racista? Por otro lado, la única razón por la que ella es importante en el argumento es porque termina entrenando a Eleven, al mejor estilo de una versión en descuento del emperador Palpatine (“let the hate flow through you… GOOOOOOOOOD”) en un escenario que por derecho le pertenece a Yoda: “Odia a Brenner y mueve ese maldito X-wing/vagón de tren.” Tan irrelevante como es su intervención, va en contra de todo lo que Eleven representa. En la primera temporada, su fuente de poder es el deseo de protegerse a sí misma y luego el de proteger a sus amigos, lo que la hace significativamente más fuerte. Utilizar sus sentimientos negativos no debiera ser el motivante para poder cerrarle la entrada al Mind Flayer, sino la posibilidad de salvarlos a todos con esa acción.
- Evil Paul Buchman, digo Dr. Owens: ¿Es malo? ¿Es bueno? ¿Y cómo es que se muere Bob y él sobrevive? ¿Por qué no vino Jamie? Todo es demasiado confuso.
- Bob Newby: Yo sé, yo sé, yo sé ¡YO SÉ! Todos amamos a Samwise Gamgee y su sacrificio es probablemente lo más memorable de la temporada, sin embargo, su muerte tiene un vacío argumental, que para mí sugiere que lo incluyeron en la serie para no tener que matar a alguno de los miembros más importantes del elenco. ¿Que cuál vacío, preguntan? Bob utiliza el sistema contraincendios para alejar al Demodog, idea que se le ocurre porque estuvo viendo Signs y porque los túneles que él descifra en el mapa siempre se alejan del agua o eso supuse yo. De donde surge la pregunta lógica ¿por qué no activó todos los aspersores? Aún si los Demodogs no son alérgicos al agua como yo me imagino, si logró espantar a uno de ellos, debería haber logrado espantarlos a todos para poder escapar.
Eleven/Jane tiene una historia poco convincente.
Si me baso en lo que pasaba en la primera temporada, existía un riesgo mortal, cada vez que Eleven usaba su poder y de hecho su “mana” se agota cuando mata a todos los guardias que los están persiguiendo en el colegio. De ahí que cuando finalmente se enfrenta con el Demogorgon, lo más lógico es que la consecuencia del acto haya sido su muerte o al menos algún tipo de transformación, sin embargo, cuando vuelve a aparecer, sigue siendo la misma persona, con los mismos poderes y con más cabello, lo que no me parece demasiado lógico. Incluso Superman cambió por completo, luego de ser vencido por Doomsday o bien, cuando usa su “Super Flare” queda totalmente incapacitado para usar sus súper poderes por un tiempo. Eleven, sin embargo, a pesar de haberse desintegrado, vuelve al mundo por un hueco que nadie cierra (que de hecho es el origen de todos los problemas de la primera temporada) y luego de un par de palabras insulsas de una entrenadora incapaz resulta siendo infinitamente más poderosa. Eso, querida audiencia, no tiene ningún sentido.
Desde que anunciaron una segunda temporada, todos esperábamos el Eleven Ex Machina, todos sabíamos que ella iba a volver a salvarlos a todos ¿por qué no desarrollar una historia coherente donde el regreso de Eleven fuera un tortuoso camino de reconocimiento, en vez de un encuentro fortuito con la mamá y un forzado intercambio de ideas con un sujeto de experimentación que convenientemente no había aparecido en la primera temporada y que al final no resulta aportando nada más que una excusa barata para hacer una tercera temporada? Todo hubiera sido más interesante si:
- Eleven hubiera sido el Mind Flayer, porque explicaría su desintegramiento como una fusión con el demogorgon; y podría haberse mantenido un argumento similar, con mayor tensión emocional, elevando en importancia el cariño emergente entre Mike y Jane. Al mismo tiempo, se lograría explicar la capacidad del Mind Flayer de acceder a la mente de Will no sólo como resultado de su periodo en el Upside Down, sino como una extensión de los poderes de la Eleven presa en su cuerpo.
- Eleven hubiera aparecido de nuevo en el mundo sin ningún poder y como una niña normal, como consecuencia de su enfrentamiento con el Demogorgon. Ello hubiera justificado la aparición de un entrenador como Eight.
El caso es que la cosa ya es como es y no podemos cambiarla, así que será esperar a que hagan la tercera temporada, para que arreglen lo que en mi opinión es una versión muy disminuida de lo antes logrado.
No obstante, antes de terminar mencionaré lo que me pareció que estuvo bien desarrollado:
- Bob Newby: Aunque eras innecesario para el desarrollo de la historia, es una verdadera lástima que tuvieras que morir.
- Nancy Wheeler: En la primera temporada era un personaje detestable que terminaba por llevar a su mejor amiga a la muerte, y consecuentemente arriesgaba la vida de su novio, para proteger a la persona de la que estaba realmente enamorada. En la segunda temporada, fiel a sus motivaciones es aún más detestable, le termina de arruinar la vida a su novio, comienza a arruinarle la vida a un novio nuevo y libera sus culpas culpando al gobierno por lo que ella causó ¡Gran Ser Humano!
- Steve y su bate. En un mundo lógico, Billy no hubiera existido y hubiera sido él quien llevara a los chicos en el carro a quemar las entrañas del Mind Flayer. Omitamos todo eso y admiremos su poder máximo de niñero asesino.
- Dustin Henderson actúa como actuaría un niño normal tratando de proteger a su mascota y luego él mismo se encarga de guiar la historia hacia adelante.Dart y él son lo más similar a la primera temporada. También su relación con Steve resulta estando muy bien construida.
- Hopper como padre, decide mantener las reglas de su casa a pesar de que le pueden romper el cuello con una mirada. Eso sí que requiere valor.
- Joyce sigue siendo la madre que uno espera que sea. Movió cielo y tierra para rescatarlo una vez y ahora está dispuesta a quemarlo para terminar de salvarlo. Suena cruel, pero es apropiado. Sigue siendo el mejor personaje.
Con esto en cuenta, le daré un definitivo 3,3/5. Pasa raspando, pero pasa.