Reseña: El último mago o Bilembambudín (103 de 365)

Continuando con mi serie de libros releídos para tardes de lectura con mi hija, les hablaré ahora de uno de los libros de Elsa Borneman, quien con Socorro Diez, La edad del pavo y éste que aparece en la foto me dio largas horas de diversión cuando era un niño. Específicamente de este libro debo mencionar que el forrado lo hizo mi mamá, que se aseguraba de que todos mis libros estuvieran protegidos así para siempre; de hecho, casi todos mis libros de Torre de Papel están así, por lo que estoy seguro de su perfecto estado como de colección. Por otro lado, recuerdo también que en una época en que estábamos emocionados jugando con mis hermanos a Dungeons and Dragons, me inventé una campaña con mapa de dos dimensiones, tipo plataforma que, basado en los personajes de Bilembambudín, jugaron algunos de mis compañeros del colegio. Buenas épocas que llaman jejeje

Lo que me gustó

La manera en que Aldana lidia con el duelo está muy bien expresada para niños de nueve años, que son los que teóricamente leerían este libro. Los hijos de Jeremías así como los hijos de doña Naturalia, son descritos de una manera maravillosa y cada uno es más interesante que el inmediatamente anterior, sin embargo la gata Bebelunas es definitivamente la mejor. Los distintos escenarios donde sucede la historia son descritos de manera convincente y despiertan fácilmente la imaginación y creo que son apropiados para llamar la atención de los niños que leen.

Y el argumento no se desarrolla de una manera obvia, lo que en general es difícil encontrar en libros para niños.

Lo que no me gustó

El último párrago del libro, pretende ser inspirador, pero suena un tanto ridículo, al menos para un adulto.

En conclusión

Todavía lo venden, pero no en la misma edición que tengo yo. Creo que las ilustraciones son ahora distintas, pero al final ello es testamento de la habilidad de Borneman de crear imágenes con sus palabras que pueden ser interpretadas en diversas formas pictóricas. Un gran libro infantil.

Reseña: El momento de la sensación verdadera (102 de 365)

Lo que me gustó

No les voy a mentir, no estoy seguro de que el libro me haya gustado, pero tiene cosas positivas. Una frase en la reseña lo comparaba con Kafka, pero a mí me dio más vibras de Salinger que cualquier otra cosa, porque realmente no hay ninguna transformación, sino una serie de actos y elucubraciones de una mente solitaria que podrían haber sucedido o no. Y de hecho, así como la salvación le llega a Holden Caulfield en el momento en que se encuentra con su hermana, el único momento sugerido de posible luz y de redención en Gregor sucede cuando se encuentra con Agnes, su hija, y se deja llevar por sus caprichos. La verdad, excepto por el nombre del protagonista, no creo que Handke haya leído a Kafka, pero eso es tela de otro costal. Lo que me gusta de esto, entonces, es que toda la sección en que se encuentra con su hija suena verdadera y algo con lo que me pude conectar fácilmente.

Por otro lado, la reseña dice que el personaje comienza a perder la cabeza porque soñó con que era un asesino y que de ahí en adelante eso le cambia la cabeza, argumento que suena a algo que habría escrito Cortázar y que si ese fuera el tema, le hubiera quedado mejor al argentino, pero lo cierto es que lo que inspira al protagonista no es un sueño, además que en la novela se describen muchos, sino una sensación más elaborada en monólogo interior y de efecto, mucho más simple: el hecho de que a veces uno se levanta y de inmediato pregunta si acaso tiene sentido el esfuerzo que uno hace por mantener funcionando en la normalidad todo lo que tiene alrededor, teniendo en cuenta que las convenciones a las que estamos acostumbrados son lógicas en apariencia, pero requieren de un largo y sostenido esfuerzo conjunto para mantener la sociedad en que vivimos. Ahora bien, esta reflexión está bien retratada, pero debo decir que a Doris Lessing le quedó mucho mejor escrita en Instrucciones para un descenso al infierno.

En definitiva, el libro tiene una muy buena idea, pero como verán, me parece que otros autores la han ejecutado antes con mucha más genialidad.

Lo que no me gustó

Por un lado, lo que debería ser un monólogo, en buena parte de la historia es una robótica descripción de eventos, casi como si estuviéramos viendo la novela desde la cámara de seguridad de las calles de París y no desde la perspectiva del personaje principal y, por ello, buena parte de la historia parece una lista de compras y no un relato moderno. Siento en general que si Handke ganó la fama por este libro, entonces es que tiene muy buenos amigos en el mundo editorial.

En conclusión

Creo que este libro debe ser bueno para los que ya están acostumbrados al estilo de Handke, pero probablemente sea más acertado iniciar con el libro de el miedo del portero al penalty, que suena bastante más entretenido. Si alguien me lo presta y lo leo les contaré cómo me fue.

Reseña: Salvo mi corazón, todo está bien(101 de 365)

Lo que me gustó

Dado que los protagonistas de la historia son sacerdotes, debo confesar que seguramente mi juicio respecto a esta novela va a ser un poco sesgado, ya que tiendo a ver con buen ojo las historias que se permiten discutir temas religiosos a profundidad. Pero superando mi confesión, hay muchas cosas que están muy bien presentadas en este libro. Empecemos por todas las referencias a materiales externos, tanto médicos, como poéticos y musicales, que tratan el tema del corazón y que definitivamente elevarán el conocimiento del lector respecto a este tema desde las tres perspectivas. También los recurrentes juegos de palabras que surgen de las distintas connotaciones de las cuestiones cardíacas son un deleite de lectura que prueban el ingenio del autor, no solo porque están bien incluídos en términos del ritmo de la lectura, sino porque no por ser juegos de palabras son necesariamente graciosos; algunos son tristes, otros dramáticos y hasta algunos resultan siendo trágicos.

Otro detalle que me gustó mucho fue la organización por capítulos al estilo La Historia Interminable de Michael Ende, iniciando cada sección con una letra del alfabeto; si algo, es decepcionante que la primera palabra de cada capítulo no inicie con la letra del alfabeto ahí puesta (cosa en la que Ende es magistral), pero igual el color de la letra es un claro homenaje a dicho libro y autor.

Me agrada mucho también que se incluyen códigos QR para escuchar la música clásica, casi toda ella ópera, que aparece representada a lo largo del libro. Es una ingeniosa manera de permitir al lector adentrarse en las referencias a materiales externos que son tan comunes en la literatura y que en otras épocas solamente servían para ensalzar la amplia cultura del autor y poco para ayudar a entender mejor lo que estaba pasando en la historia (te estoy mirando a ti Proust, sobrevalorado mentecato). En este libro, en cambio, se logra contextualizar al lector y casi que le sugiere que el hecho de que existan los celulares no cancela al libro, sino que incluso, posiblemente, de hecho lo puede homenajear y darle una nueva vida.

(De hecho, en una nota aparte, un libro que se beneficiaría de algo así es Las intermitencias de la muerte de Saramago. Si uno conoce las suites de chelo de Bach y el estudio de Chopin mencionados de antemano, se entiende mucho mejor el libro, pero si uno no conoce la música, puede llegar a creer que la inclusión de Chopin pretende darle seriedad o solemnidad a la especie humana, cuando realmente lo que está haciendo Saramago es burlarse a carcajadas abiertas.)

Finalmente, el libro discute todos los temas controversiales relacionados con el sacerdocio y presenta explicaciones de por qué suceden las cosas que suceden con seriedad y sin presentar favoritismos, casi que ayudándole a uno a entender por qué se comportan cómo se comportan.

Todo esto envuelto en lo que es más importante en un libro, una historia interesante y profunda que conmueve al lector, al mismo tiempo que le enseña un montón. Maravilloso libro de la A a la Z.

Lo que no me gustó

Que al sacerdote principal le gustara tanto la ópera. Nunca ha sido mi género favorito de música clásica, pero no podemos culpar al personaje por sus gustos.

En conclusión

Compren el libro y léanlo. ¡Qué esperan! a esta hora el Éxito está abierto y allá lo venden.

Sobre La Ley Secreta (100 de 365)

Y hablando de “V”-recomendaciones. Esta es probablemente la mejor de las series que he visto en lengua colombiana. Y es que debo empezar por ahí ¡Es una serie! Tiene uno que otro elemento de telenovela, pero no hay duda de que el enfoque es contar una historia con una producción de alta calidad. Empezando porque las cuatro protagonistas son geniales y sus “backstories” le aportan al desarrollo de los personajes y del argumento en general; se supone que todo esto es basado en historias reales, por lo que supongo que eso habrá ayudado a hacer más creíbles a los personajes.

El conflicto de la historia es evidentemente del narcotráfico, pero es una de esas historias donde no se trata de contar lo chévere que es el “capo” de turno, sino de retratar de manera creíble los problemas por los que pasan los actores del conflicto, enfocándose en los logros de aquellos que se encargan de dar sus vidas para que la ley se cumpla.

Teniendo en cuenta que esta me gustó de verdad, de hecho no quiero decir demasiado sobre lo que pasa en las escenas, así que sencillamente les diré que deben verla. De seguro la disfrutarán.

Lo que no me gustó

(Spoiler alert) Por ahí en algún capítulo alguien se muere justo el día antes de retirarse es, por un lado bastante doloroso y por el otro, un cliché de película de policías gringos. Pero realmente está bien escrito y producido, por lo que es un pecado perdonable.

Que se haya muerto el actor que hacía de Francisco. Y eso que el man sabía cositas.

En conclusión

Está en Netflix. Echen pa’ allá.

Sobre La Venganza de Analía (99 de 365)

Claramente, un año entero es más que suficiente para los reyes, sobre todo a punta de desayunos, almuerzos y cenas, por lo que se podrán imaginar que las “V” recomendaciones no terminaron allí, sino que me llevaron también al género del drama (Aunque creo que esta realmente empezó en 2022 y duró hasta 2023, pero supongo que podrán perdonarme mi crono-ilógica.

Si no la conocen, esta es en resumidas cuentas una reescritura de el conde de Montecristo, pero con más comentario político y, bueno, la protagonista es una mujer actuada por Carolina Gómez.

Lo que me gustó

La historia combina de manera exitosa distintos elementos de cuentos infantiles, cuentos de venganza y novelas románticas. Por ejemplo, la relación de Analía y Pablo de la Torre inicia cuando los dos son niños y los elementos que hacen que perdure son repetidos de manera convincente cuando son adultos; y de hecho recuerdo que siempre me pareció bastante acertado que Pablo no quisiera ayudar a Analía a llevar a cabo su venganza, porque al querer lo mejor para ella, no soportaba verla convertirse en una criminal. Por esto mismo, no es su aliado todo el tiempo, sino que es a veces un rival formidable.

Analía no muere de niña porque la persona a la que encargan de asesinarla decide no hacerlo, al estilo de Blancanieves, y la deja en un orfelinato, al estilo de buena parte de las novelas mexicanas y esa misma piedad que salvó a Analía de niña, se repite cuando el mismo matón decide no matar a Dora, indicando que no era una cosa de un día, sino una característica del personaje, al estilo de muchos cuentos de hadas.

Y con lo de los cuentos de venganza, la manera en que Analía lleva a cabo su campaña de desprestigio contra Guillermo (el asesino de su mamá), mientras que parece estar ayudándolo es muy divertida. Y el hecho de que la venganza se lleve a cabo al final por términos legales prueba que el personaje de Analía creció a lo largo de toda la serie.

Por otro lado, la relación de Guillermo con sus hijos es a veces sospechosamente parecida a los personajes de Succession, pero el hecho de que sea en un contexto político lo conecta más claramente con las cosas que pasan en Colombia. En general todas las actuaciones de Marlon Moreno sostienen a la novela con un hilo sólido de argumento.

Lo que no me gustó

Había demasiados flashbacks que a veces daban ganas de darle, skip porque ya habían mostrados esas mismas escenas antes. No obstante, en mi teoría conspirativa yo me temo que se debe a que los actores que se encargaban de representar a los personajes jóvenes, seguramente habían sido contratados con la promesa de aparecer mucho más en el aire pero cuando algún productor se dio cuenta de que la historia funcionaba meejor si se mantenía en el presente, se dejaron sólo algunas escenas de los actores del pasado, para cubrir dicho tiempo y no detener el avance de la novela.

La actuación de Orlando Valenzuela es pésima, es todo lo que diré al respecto.

Conclusión

En un país donde las novelas viven ensalzando a los narcotraficantes, encontrarse con que hay historias de personas que buscan hacer justicia, pero el contexto tiene elementos de cuento de hadas y adaptaciones de obras de literatura tradicionales es verdaderamente refrescante, como dicen los influencers. Vale la pena, realmente.

Sobre Los Reyesy el pecado del alargue (98 de 365)

Corría el año 2005 y a la par yo corría para no llegar tarde a clase. La novela Los Reyes sonaba por toda Colombia, pero mi recién estrenada televisión por cable me dirigía deliberadamente a evitar pasar por los canales colombianos y el fenómeno que cambió las vidas de muchos para mí pasó más bien desapercibido, excepto tal vez por la incomodidad que Laisa causaba en alguno que otro viejito recalcitrante. Pasó durante este año, no obstante, que por recomendación de “V” nos sentamos a ver la dichosa novela, de cabo a rabo, para tener entretenimiento mientras almorzábamos, cenábamos o comíamos onces.

Descreído como soy de la calidad de la televisión colombiana, miré con desdén los primeros capítulos, aunque para siempre me quedó grabado el chiste sobre el guarda de baja estatura del Grupo GER a quien el personaje de Enrique Carriazo le dice “venga y me lo dice de pie” y éste responde “ya estoy de pie”. Luego le fui cogiendo gusto a las interacciones entre Enrique Carriazo y Diego Trujillo que en muchas ocasiones me dieron la impresión de ser improvisaciones exitosas de los dos actores. Cada vez que estaban juntos en escena la calidad de las escenas era evidente y la comedia resultaba supremamente entretenida. Y así, sin más, terminé enganchado hasta que llegaron los últimos capítulos:

Beto renuncia a ser el presidente de la empresa yentonces Doña Mercedes regresa del continente de París (ya curada), le consigue una beca para estudiar en Europa a María, le consigue un prestigioso puesto en un concesionario a Leonardo, convence a Jose Gaviria de que le grabe un disco a Hilda, regaña a la Yoli para que deje de molestar al Beto, bendice la relación entre Beto y la doctora Natalia, se hace la abuela honoraria de “Totoy” y convence a Beto de que vuelva a ser el presidente de la empresa. Mercedes además, que para ese punto no había tenido ni esposo ni parientes, gana una familia adoptiva. Colorín colorado, este cuento se ha acabado. Una comedia muy buena y entretenida. Fin

Momento ¿Siguen aquí leyendo? ¿Cómo así que hubo cien capítulos más después de eso? Pero si ya se resolvieron todos los conflictos principales….. ok… hablaré del resto de la novela entonces…..

Pues, hay que decirlo, de ahí en adelante Los Reyes disminuye su calidad significativamente y, sin saber si se deba a que pretendían mantener fidelidad a la novela argentina original, Los Roldán, o porque era lo único que le daba rating al canal RCN en aquella época, es francamente evidente que ya el argumento de la novela no tiene mayor sentido y que por ello deben haber renunciado al menos dos actores: Jery Sandoval y Ricardo Vélez (este último apareciendo en el último capítulo, con pelo y con los dientes arreglados, como muestra de que lo que lo había impulsado a interesarse por la novela en un principio, ya para este punto no le importaba). Más específicamente, los problemas de la novela se reducen a dos categoría o bien son líneas de argumento que se sugieren pero nunca se desarrollan o son escenas incoherentes con lo que se había establecido en capítulos anteriores.

Mencionaré los siguientes ejemplos:

Yoly tiene de novio a un cantante famoso que por “plot reasons” resulta traicionándola; se vuelve novia de un profesor de salsa que le había propuesto participar de un concurso de baile que luego ya no existe y que luego reaparece para llevarse al profesor para otro país; se va de viaje a New York con el que reemplazó a Ricardo Vélez y aunque se nota que la relación va a consolidarse, resulta decirle que no, porque sí. Todo para obligar a mantener el conflicto de la relación entre Beto, Yoly y Natalia que resulta poco creíble ya para ese punto. Y que además pareciera ser un intento deliberado de los guionistas por demostrar que las personas que creen en dios son malas, porque todas las oraciones de Yoly son para pedir por el mal de alguien más, espantoso.

Edilberto y Emilio se vuelven copresidentes, pero luego eso no significa nada, le cambian la secretaria a Edilberto, pero de hecho resulta que no la habían cambiadon (¿?); le dan premio a Edilberto de empresario del año, pero se lo quitan y van a investigar a ver si se lo devuelven pero de eso no hay más menciones en el resto de la novela; Emilio supuestamente tiene unos papeles que hacen que no lo puedan echar de la empresa y todos quieren averiguar cuáles son los papeles, pero luego Mercédes lo echa y ya y el asunto no tiene ninguna consecuencia; y lo peor de todo, Mercedes que era una mujer soltera que había hecho su empresa sola y era la más poderosa empresaria de colombia, para los últimos capítulos se convierte en la heredera de un inventado marido … lo que no tiene sentido porque ella se llama Mercedes Rubio, el grupo empresarial se llama Grupo Empresarial Rubio y no cabe en la cabeza de nadie que el conglomerado económico tuviera el apellido de ella si originalmente era del marido…. Ah y lo menos creíble de todo el asunto, Mercedes es la mamá de Edilberto. Y entre menos hablemos del resto de personajes mejor, de los que se puede resumir que se suponía que ya tenían la vida resuelta y resultan pidiendo plata en eventos de fanservice.

En fin, los chistes siguen siendo buenos, pero ya no es una historia coherente, son solo sketches actuados por los mismos personajes, como Sábados Felices, pero con comedia.

Y este problema de alargar lo inalargable sucedía mucho en novelas de aquel entonces y mi ejemplo más claro es Pedro el Escamoso, que evidentemente tenía que acabarse en la misma escena en la que comenzó, Pedro con su doctora en el carro ya peluquiado y arreglado… pero luego le agregaron ochocientos capítulos más y le volvieron a poner mechas a Miguel Varoni porque sin pelo no vendía.

Es decepcionante, porque de hecho serían producciones excelentes si no cayeran en el pecado de la lujuria económica de llenarse los bolsillos con un solo personaje, como dejar a Harry Potter vivo, por ejemplo, solamente para poder seguirle sacando plata.

Pero bueno, igual hubo muchas cosas que disfruté y si uno para en el punto que mencioné, probablemente la disfrute aun más. Si la ven, háganme caso, esa es, a fin de cuentas, la virtud del streaming.

Sobre la Sonata Op. 27 No 2 (97 de 365)

Cuando la gente dice, la siguiente canción no necesita presentación, probablemente se refiere a este primer movimiento de esta sonata de Beethoven. Llamada Claro de Luna por el público en general, es también una quasi una fantasia y se supone que uno interprete los tres movimientos que la conforman de corrido, cosa que las películas y hasta la emisora de la Utadeo suelen evitar. Yo, para no quedar mal con los medios de difusión, decidí hacer exactamente lo mismo.

Precisamente por lo famosa, es una pieza muy peligrosa, porque cualquier error de notas que se cometa puede ser identificado hasta por el perro de la vecina. También porque el público tiene una expectativa de sonida, basada en lo que han venido escuchando durante los años, por lo que las propuestas de interpretación que uno decida ejecutar pueden ser bien o mal recibidas, dependiendo del humor del público.

En este video, escucharán la propuesta de sonido que mi maestra intentó inculcarme: destacar las voces de en medio cada vez que hay variación en el acompañamiento constante de tres notas; hacer énfasis en las variaciones de sonido, sobre todo en el clásico crescendo a piano de Beethoven; no hacer demasiado obvio el diminuendo tras la sección más intensa del movimiento; variar el acento en dicho descenso para que las voces que se destacan más adelante no suenen tan sorpresivas; asegurarse de que al final primero suene más clara la mano derecha y luego la mano izquierda. Y otras cosas por ahí que espero disfruten de mi versión.

Sonata Op. 27 No 1 (96 de 365)

Las dos sonatas Op 27 de Beethoven tienen un subtítulo raro “quasi una fantasia” y, palabras más, palabras menos, la “fantasiosidad” del asunto se traduce en que no se supone que uno haga pausas entre los movimientos, como se acostumbra en una Sonata, sino que se pase de uno a otro momento musical, procurando que los cambios de velocidad y emoción no se perciban. De ahí que lo más lógico sería tocar esta sonata, la Op 27 No 1, de principio a fin. Sin embargo, teniendo en cuenta que la idea de estas grabaciones es solamente enfocarse en los movimientos lentos, dividí esta sonata en dos momentos que incluyen fragmentos de velocidades lentas. Así, en este primer video, encontrarán el Andante, el Allegro y e Tempo I (o sea, Andante) que dan una especie de forma ABA a lo que podría considerarse el primer movimiento.

Ahora bien, respecto a la sonata como tal, era una de las que leía, entre práctica y práctica, por el hecho de que estaba en mi bemol mayor, y apenas terminé de “montar” la sonata Op 26, le pedí a mi maestra que me dejara tocar la Op. 27 (aunque en esos días probablemente dije “la trece”) y su respuesta fue afirmativa en principio, pero reservada con respecto a lo que podría considerarse el combinado entre el tercer y cuarto movimiento (que cuando vean ese video, entenderán por qué la reserva). Creo que con esta sonata aprendí mucho respecto a lo que se debe hacer para superar los límites propios de habilidad física, pero en específico, con este “movimiento” aprendí a destacar claramente melodías con el dedo meñique, aún cuando es necesario estirarlo más allá de una octava (específicamente entre los minutos 1:06 a 1:39 en mi grabación).

También aprendí a hacer escalas en una distancia distinta a octavas (terceras y sextas, más específicamente) y de hecho, buena parte de mis clases en esa época se pasaban en ejecutar escalas mayores y menores en una, dos, tres y cuatro octavas, en movimiento contrario y paralelo, a la octava, la tercera y la sexta. El resultado puede verse en los minutos 3:27 a 4:30. Finalmente, aprendí a invertir la melodía y el acompañamiento, cosa que además de sugerir que Beethoven probablemente era zurdo, siempre me asusta un poco cada vez que pasa, como verán en los últimos segundos de mi grabación.

El movimiento que es verdaderamente lento, el Adagio con espressione, solamente tiene sentido si se combina con el Allegro vivace, video que les quedo debiendo cuando me aprenda de memoria los compases que me faltan del Allegro, porque tocar eso leyendo, no vale la pena. Entre tanto, disfruten esta primera parte.

Sobre la Sonata Op. 26 III MARCIA FUNEBRE (95 de 365)

Creo que en los videos anteriores olvidé aclarar que la sonata Op. 26 tiene, de hecho, dos movimientos que podrían ser clasificados como lentos: 1) el que dividí en todas sus variaciones y le dediqué un video a cada una, o sea el primer movimiento 2) el que aparece en este post, que es el que realmente se considera el movimiento lento de esta Sonata. Aunque mi elección podría ser juzgada como incorrecta y producto de que toqué el primer movimiento a una velocidad bastante calmada, la cosa es que la relación entre el primer y tercer movimiento para mí es evidente y son dos partes de la misma idea. Como mencionaba antes, el primer movimiento en su melancolía sugiere la llegada de una tragedia y el tercer movimiento, esta marcha fúnebre, es la tragedia a que se refería dicho movimiento: la muerte de un heroe.

Adicional a esto, las primeras dos notas del tema del primer movimiento son las mismas dos notas al inicio de la marcha fúnebre (un mi bemol repetido) y por ello la variación III y todo este movimiento suenan muy similares. Cabe también a notar que la melodía principal, al igual que en varios fragmentos del primer movimiento, se encuentra en las voces intermedias y bajas, lo que hace de la voz de la soprano en este movimiento un acompañamiento repetitivo (un ostinato) que marca el ritmo al que deben marchar los que cargan el féretro. Por estas razones es que considero que el primer y el tercer movimiento son las dos caras de una misma moneda.

Como datos curiosos:

1) Se dice que Chopin, quien realmente no gustaba de la música de Beethoven, tocaba esta sonata regularmente y, curiosamente, la pieza más famosa de Chopin (uncredited, porque mucha gente la canta sin saber que es de Chopin) es de hecho su marcha fúnebre, curiosamente también, el tercer movimiento de una sonata, en este caso su Op. 35. De hecho, el fragmento del trino de la mano izquierda es sospechosamente similar en ritmo e intención a otro fragmento con trino en la mano izquierda en la marcha de Chopin; en estos días lo llamarían plagio, en aquellos días se llamaba inspiración jejejeje (para entender esta afirmación, referirse a mi video al 1:56 y a la marcha fúnebre de Chopin en su YouTube local) De hecho, la estructura de movimientos de la sonata es también muy parecida (pero obviamente la pieza de Chopin es muy distinta, estoy sólo bromeando en lo del plagio, pero la inspiración es más que evidente)

2) Teniendo en cuenta que toda el punto de grabar estos movimientos lentos era cumplir la intención de mi papá de escuchar todos los adagios y movimientos lengos de Beethoven en una única Playlist, estoy seguro de que esta pieza fue una de las que más escuchó y la que toqué en la iglesia el día de su funeral. Adicionalmente y por lo anterior, es probablemente una de las piezas favoritas de mi mamá (quien también la ha escuchado muchísimas veces) así que esta realmente se la dedico es a ella.

Entretanto, escuchen y si así les parece, disfruten.

P.D.: No sé por qué salieron mis manos al revés en el video, pero bueno.

Reseña: La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (94 de 365)

Lo que me gustó (spoiler alert)

Obviando la introducción del libro de la que hablaré más adelante, los mejores capítulos del libro son todos aquellos que se concentran en Lisbeth Salander y nos cuentan cómo vive el sueño de todo mortal: vivir de la renta de ser más inteligente que el sistema y tener tanto tiempo para hacer cosas que se pasea uno por el mundo para sentarse en las sillas más cómodas a leer cómo resolver los enigmas más antiguos de la matemática moderna. En general, cada momento en que la historia se concentra en el desarrollo de personaje de Lisbeth Salander, el libro es entretenido, pero es precisamente por lo buenos que son estos capítulos, que la mayor parte del libro es mediocre, tirando a malo porque, como me decía alguien alguna vez, si uno tiene un escrito donde uno de los párrafos destaca por lo bien escrito que está, hay que borrarlo, porque su presencia resalta lo mal escritos que están los demás.

La pelea entre Mimi, Roberto y el gigante rubio es probablemente la escena más emocionante del libro y aunque la exagerada fuerza del rubio linda con lo ridículo, la manera en que se resuelve el combate suena creíble. Lo único que no me cuadra es que no se aseguren de matar al rubio, porque después de semejante derroche de violencia estoy seguro que la gente no huiría, sino que la adrenalina lo llevaría a asegurarse de que su atacante no se levantara de nuevo; pero esta estrategia de película de terror barata para hacer avanzar el argumento (dejar vivo al malo porque sí) ha impulsado la historia del cine desde épocas innombrables, así que es un pecado perdonable.

Lo que no me gustó

Primero que todo, no entiendo por qué Lisbeth se haría una cirugía de aumento de senos. La manera en que el autor lo justifica está bien planteada, de eso no hay duda, a fin de cuentas hay distintas estrategias que le ayudan a las personas a superar traumas o mejorar su propia autoestima y una cirugía plástica es una estrategia tan válida y significativa como cualquier otra, pero lo que yo me temo es que, así como Mikael es el mismo Stieg Larsson, pero como él quisiera ser (el periodista más famoso del mundo que es tan irresistible que todas las mujeres, de todas las edades y nacionalidades quieren tener una relación con él y los esposos de las mujeres con las que sale aceptan eso porque Mikael es demasiado perfecto y ellos también quieren ser como Mikael), entonces Lisbeth es la pareja que él quisiera tener y le parecía incompleta si no le ponía más busto.

Ahora bien, el autor quiere hacernos creer que Lisbeth asesinaría a Dag y a Mia solamente porque fue a su apartamento el día del crimen y de la manera más mediocre y cobarde, debo decir, decide que ya no va a hacer capítulos enfocados en Lisbeth sino en el resto de personajes, cada uno más irrelevante que el anterior. Y entonces comienzan una serie de largos monólogos insufribles donde cada personaje actúa investigando por su cuenta y se pregunta si acaso Lisbeth es o no es la asesina; y digo que son insufribles porque el lector jamás pensaría que fue Lisbeth la que cometió esos crímenes, lo que hace que sea imposible identificarse con ninguno de los personajes a lo largo de las 250 páginas en que Lisbeth no aparece. Lo único interesante en esas secciones es la pelea que mencioné en el apartado anterior.

El libro estaría bien escrito si empezara con Mikael descubriendo a Dag y Mia muertos y enterándose de que Lisbeth estuvo ahí ese día, de modo que fuera creíble que ella es sospechosa del crimen. De ahí en adelante las investigaciones y elucubraciones de los distintos personajes tendrían mucho más sentido y uno disfrutaría más andarse enterando del pasado de Lisbeth. Luego, en la última parte del libro sería genial leer todos los hechos desde la perspectiva de Lisbeth y ahí sí averiguar qué fue lo que pasó en realidad. Desafortunadamente, la cosa no es así.

Ahora bien, lo peor del libro es cuando le meten un tiro en la cabeza a Lisbeth y no se muere y peor aun que el autor pretenda que le creamos que Lisbeth, además de no morirse, es capaz de escapar de su tumba. Si me preguntan, en ese punto Larsson estaba viendo Kill Bill 2 y se le olvidó que su personaje no era La Novia. Lo otro que resulta aún más irrelevante es enterarse de que la persona del prólogo también es Lisbeth, porque teniendo en cuenta que uno de los temas que se menciona en el libro es el tráfico de mujeres, yo hubiera esperado que eso conectara un poco más con el asesinato de Dag y Mia, pero al final el libro funciona igual con o sin ese fragmento.

En conclusión

Si se pudiera hacer como Rayuela y leer los capítulos en el orden que planteé yo, el libro sería excelente. De otro modo, el libro es sencillamente malo. Honestamente, no me quedaron ganas de leer el tercero.