Sobre los 7 maridos de Evelyn Hugo (79 de 365)

Escribiré esta reseña en tres partes. Primero, lo que no me gustó. Segundo, lo que definitivamente me gustó mucho. Tercero, alguna conclusión que concluya.

Lo que no me gustó

1) Creo que odié al personaje de Monique Grant desde la primera hasta su última intervención. Por un lado, sus opiniones y monólogos son tan políticamente correctos y llenos de clichés del siglo XXI que parece que esta parte del personaje la hubiera escrito chat GPT mientras que la otra mitad del personaje, la persona que habla con Evelyn Hugo, es una periodista amarillista que hace el tipo de preguntas estúpidas por las que fuera famoso El Espacio en su momento y el Q’hubo de hoy en día. Y la hace más detestable aún que comete el pecado clásico del narrador novato she tells instead of showing en lo que es prácticamente un anacronismo narrativo que por poco y se tira el libro.

Me explico: El libro tienes dos narradores de primera persona, Monique y Evelyn. Para diferenciarlos, Taylor Jenkins Reid se asegura de que todas las intervenciones de Monique sean narradas en presente, mientras que las intervenciones de Evelyn son narradas en pasado. Hasta ahí, muy buen trabajo, porque logra justificar con esta técnica por qué nos vamos enterando de manera tan gradual de todo lo que fue la vida de Evelyn Hugo, pues solo lo conocemos a medida que se lo van contando a Monique. El problema es que en la página 222, surge este párrafo incongruente y más bien irrelevante:

“No tengo idea de que, en menos de una semana, Evelyn Hugo terminará su historia, y yo descubriré de qué se trataba todo esto, y la odiaré tanto que realmente tendré miedo de llegar a matarla”

Incongruente, porque no tiene ningún sentido, por como está escrita la historia de Monique, que ella tenga algún poder de omnisciencia repentina que le permita saber el futuro. Sí, supone uno que este libro fue escrito por Monique después de escuchar toda la historia, pero un narrador que habla en presente de observador durante 221 páginas, no tendría por qué conocer su futuro de manera tan repentina. Y también resulta irrelevante porque nada de lo que dice en ese párrafo es cierto: Ni Monique odia ni un ápice a Evelyn Hugo, ni por un instante, ni por un segundo y tampoco demuestra la más mínima intención de matarla una vez todo es revelado. En una edición revisada de ese libro, se debería borrar por completo ese párrafo. Es un recurso barato muy mal utilizado. Además, porque en la página 271, luego de que Monique le dice a Evelyn que cree que no es una mala persona ella le replica, al interior de la misma narración en presente:

“-Tú serás la primera en cambiar esa opinión -replica-. Muy pronto. Y lo único que puedo pensar es: ¿Qué mierda habrá hecho?

O sea que el personaje que en la página 222 vio el futuro con una seguridad absoluta, en la página 271 desconoce de repente su propia revelación omnisciente. Sencillamente estúpido. Lo sensato sería que solamente Evelyn supiera lo que va a pasar y mantuviera tanto a Monique como al lector en espera de ese momento y no que Monique se manifiesta con su insufrible actitud de chat GPT, misteriosa y atrayente acerca del futuro de una historia que por lógica narrativa en ese momento no conoce.

2) Por cierto, spoiler alert. La revelación final pierde un poco su poder por dos razones, por un lado, nada en la historia le hace generar a uno empatía por el personaje de Monique, de modo que saber que Evelyn estaba de algún modo relacionada con los eventos alrededor de la muerte del padre de Monique resulta sorprendente, pero no tan triste o desgarrador como podría o debería serlo. Incluso, me parecería mucho más interesante si hubiera alguna especie de epílogo donde Monique hablara en confidencia al lector del libro y se presentara tal cual es, confesando que inventó la historia del papá para que el público entendiera por qué la escogieron a ella para escribir la biografía de Evelyn Hugo. Y esto porque ella es una periodista oportunista y nada más. Que ello fuera revelado al final de todo me haría respetarla. O, alternativamente, que matara a Evelyn y que en la biografía escribiera que ella se aseguró de que pareciera un suicidio, de modo que no la inculparan. Al final de la historia quedaría claro que los medios fueron los malos desde el principio hasta el final.

La segunda razón por la que la revelación no es tan poderosa, es porque en ningún momento nos cuentan de qué manera murió al papá de Monique ni que su muerte era un evento vergonzoso que manchaba la memoria que ella tenía de él. Mencionan fotos del papá, su relación con el mundo de Hollywood y el respeto y admiración profundas que siente Monique hacia él. Una pista respecto a la manera en que murió o que Monique se sentía avergonzada al respecto habría ayudado al libro mucho más.

En resumidas cuentas, el libro necesita de una edición revisada que resuelva al personaje de Monique, porque es demasiado flojo.

Lo que me gustó mucho (Aquí no hay spoiler)

El libro me recordó el cuento Crooner de Kazuo Ishiguro, con todas las triquiñuelas y barbaridades que deben hacer los famosos para mantenerse relevantes y la manera trágica en que dichas barbaridades y triquiñuelas resultan en la destrucción de sus principios, identidades y nacionalidades con tal de no desaparecer en el océano de nuevas estrellas emergentes, que están dispuestas a destruirlas a la menor oportunidad. Evelyn es un personaje que resulta humano y legendario al mismo tiempo que con total franqueza nos cuenta lo que significa llegar a ser famoso y lo triste que debe ser tener que vivir ocultando aquello que más se ama.

En sus paralelos, más bien obvios, con Marylin Monroe y Elizabeth Taylor, vamos descubriendo poco a poco la inhumanidad de un mundo que muchos deseamos pero que seguramente no podríamos soportar y que las crueldades e injusticias a la larga se presentan en todos los campos del desarrollo humano, con mayor crueldad y desprecio evidente hacia las mujeres.

Disfruté cada palabra y cada página de la historia que narraba Evelyn e incluso llegué a conmoverme al punto de lágrimas con situaciones que iban desde grandes eventos de la historia de su vida hasta las pequeñas frases de lenguaje simple con que concluía las reflexiones acerca de su ajetreada vida. Leer estas secciones que son por supuesto las más nutridas,largas y mejor escritas del libro casi me hicieron olvidar a la insufrible de Monique.

También me pareció muy bien lograda la manera en que los artículos de periódico eran incrustados entre anécdota y anécdota, apoyando la narrativa desde otro estilo de redacción, llegando hasta el punto de otorgarle credibilidad a la historia contada, porque al final, todo parece supremamente real.

Conclusión que concluye

En resumen, péguenle la leída. Seguro odiarán a Monique, pero no se arrepentirán de la lectura.