Hay palabras que uno se acostumbra a usar en su idioma extranjero para sonar más sofisticado, pero que sí se tradujeran literalmente o se utilizara su significado etimológico, sonarían bastante chistosas. A continuación, unos diálogos posibles:
1)
– ¡Qué chaqueta tan bonita!
– ¿Cierto? La saqué del closet de mi papá, es “vino cosechado”.
2)
– Tu mamá cocina delicioso.
– Lo sé, es una cocinera “catadora de vino”.
3)
– Esa pintura le quedó muy linda
– Sí, Catalina pinta muy “fresco”.