Sobre Dune II (165 de 365 + 1)

Creo que por allá en algún punto del año pasado hablé de la primera de Dune y de cómo me pareció sobrevalorada y mediocre, pero que no era culpa del director (tal vez sí un poco del editor) sino del escritor del libro. Esto, porque en el afán de hacer a Paul Atreides una especie de semidios perfecto, que siempre sabe qué decir y cómo decirlo en el momento preciso, Herbert se olvidó por completo de construir personajes femeninos que no fueran más allá de ser la amante, la concubina, la esposa o la bruja del señor perfección Muad’Dib. Aún recuerdo que el final del libro me quitó todas las ganas de leer cualquier otro de la saga: “Mientras que a nosotras, Chani, nosotras que arrastramos el nombre de concubinas… la historia nos llamará esposas.”………

De la segunda película, no obstante, albergué esperanzas de que mejorara el libro, porque Chani, la esposa/concubina, es representada por Zendaya y no hay manera de que su manager la dejara actuar en una película donde su único papel fuera decirle a Chalamet que es perfecto. Ahora que, esperanzas a bordo, no estaba dispuesto a pagarle boleta a esa película, pero sí verla una vez activara la mensualidad de Max (para ver House of the Dragon, por supuesto). Entonces, que ayer finalmente la vi y lo que como purista defensor de libros me llegaría a parecer trágico (si considerara que el libro es bueno), en términos cinematográficos me parece un logro de guionista y director.

Los personajes están mucho mejor desarrollados, hay espacio para el humor (basado en el absurdo fanatismo de algunos) y Paul Atreides no es tan insufriblemente omnisciente. La película agrega secuencias completas de acción que, si bien no son descritas en el libro, sí hacen parte esencial de la historia y le cambian por completo el ritmo al argumento, haciendo que valga la pena escuchar los diálogos sobre magias y profecías incomprensibles (magias y profecías que de hecho solamente son comprensibles si uno lee los anexos, pensándolo bien). Definitivamente, disfruté viendo esta película y supongo que hubiera sido chévere verla en cine, por lo que creo que a la tercera sí le pagaré la boleta.

Sobre las peluquerías (156 de 365 + 1)

Ir a la peluquería siempre ha sido un asunto bastante incómodo para mí. De pequeño creía que para peinarse no era necesario echarse nada en la cabeza (solo agua) y vivía con un incómodo capul que me tapaba los ojos y me mantenía las pupilas rojas, excepto por los dos días en que el cabello estaba corto después de ir a la peluquería a donde me preguntaban: ¿Cómo lo peluqueo? Y yo miraba a mi papá que decía “devastadito” y yo me dejaba hacer sin entender (ni gustar demasiado). La cosa era tan incómoda que en el colegio “me la montaban” (lo que ahora llaman bullying) porque era como si me hubieran puesto una totuma en la cabeza y cortado el cabello sobrante (y sí, eso parecía, la verdad sea dicha), pero yo no hallaba energía para decirle al señor peluquero que no me gustaba así.

Años después, cansado de la montadera, empecé a mandar todo el pelo para atrás y dejar que cayera como mar muerto dividido por Moisés y así me sentí más cómodo hasta llegar a la universidad, de modo que le podía decir al peluquero que “cortito” y ya. Pero en algún momento se puso de moda una cosa que llamaban “el siete” y ya no bastaba con decir cortito, sino que tocaba explicar cortito “cómo” o hasta dónde y a veces hasta con cuál “cosito” de la máquina (“¿la tres, la dos, la cuatro?” preguntaba el peluquero mientras yo angustiado repetía “devastadito” “cortito” y lloraba por dentro).

Luego llegaron los Hipsters que se encargaron de volver las tareas cotidianas en artículos de lujo y encarecer la economía masculina. Por culpa de ellos digo, ir a la peluquería se convirtió en ir a la “barbería” a recibir la “experiencia de barbero” que yo sé que existe desde el tonsor del imperio romano, pero que ahora es estúpidamente costosa y además tremendamente incómoda.

Primero, un señor que uno no conoce le hace a uno preguntas de ingeniería nuclear (¿La uno, la dos, la tres? ¿Con cera, con gel? ¿Quiere el humidificador, la toalla con agua caliente tibia o no tan tibia?), le trata de hacer conversación irrelevante a uno sobre un deporte maldito que debería ser olvidado y destruido de la historia colombiana (que si el Bucaramanga o el Santa Fe) y luego le acerca la cara a uno para perfilarle la barba y uno no sabe si mirar para el techo, mirar la cuchilla o cerrar los ojos para no sentirse tan incómodo de tener a un desconocido encima. Que de tanto esfuerzo siempre termino con dolor de cabeza.

En fin, que ayer me peluquié y quedé adolorido y tensionado. Ustedes juzguen sí quedé bien o mal.

Y por qué la gente no escucha música clásica IX: El mito del músico ignorante (131 de 365 + 1)

A la gente le gusta creer que la habilidad musical es una especie de poder mágico con el que se nace y que es totalmente imposible de entrenar. La noción, de hecho, está tan absurdamente enquistada en la cultura general, que es a menudo motivo de burla entre Tiktokers y YouTubers de música clásica que, con toda la razón, se sienten profundamente ofendidos cuando les dicen que los años que han pasado practicando y aprendiendo no significan absolutamente nada, puesto que al final todo fue producto del “talento”.

Ahora bien, los músicos pop, que saben su éxito depende de mantener vigentes los mitos que se construyen a su alrededor (ver entrada 130 al respecto de las notas agudas), viven de hacerle creer a las personas que no tienen ningún conocimiento técnico musical o el que tienen les viene “de oído” y es, lo que llaman ahora, “orgánico”. Sin embargo, basta ver un Tweets, y un vídeo de una película famosa y en breve uno se da cuenta de que no hay nada más alejado de la realidad.

Por ejemplo, el nueve de noviembre de 2021 McDonald’s cometió un error musical y Mariah Carey salió presta a corregirlos:

Al ver los comentarios se nota que casi nadie entendió que el Tweet de McDonald’s tiene las notas pertenecientes a All I Want for Christmas Is You y que McDonald’s colocó fa natural en vez de fa sostenido, de donde viene la corrección de la cantante. El asunto llamó la atención de Classic FM y de muchos músicos que descubrieron evidencia de que Mariah Carey poseer un conocimiento técnico musical, ya que solamente alguien con el suficiente entrenamiento podría leer esas letras, cantar una canción de ver letras (o nombres de notas, sí estuviera en español) y además notar el error.

Otro ejemplo. Al inicio de la película Let it Be, los Beatles están tocando juntos y Paul McCartney les está indicando con nombre propio todos los acordes que deben tocar y el momento exacto en que deben hacer el cambio de acorde para que armonicen correctamente la melodía que están tocando. Y todos los Beatles comprenden la indicación.

Porque, evidentemente, en su forma base, la música es la combinación entre melodías, ritmos y armonías que surgen tanto espontáneamente en la mente de un ser humano, como por imitación de los sonidos de la naturaleza, pero en el momento en que se vuelve necesario depender de algo distinto que la tradición oral para transmitir un conocimiento, ya sea a las siguientes generaciones o a los compañeros músicos de trabajo, la notación musical y los conceptos técnicos son la herramienta más adecuada para asegurarse de que el mensaje sea claro y una canción no desaparezca en la historia. Y por ello es obvio que todos los músicos, pop o clásicos, poseen un profundo entendimiento de las técnicas subyacentes de su arte y a menudo utilizan el mismo lenguaje para referirse a fenómenos similares.

No es magia, no es musa, es conocimiento y como tal hay que difundirlo.

Sobre la Sonata Op 27 No 1 “adagios” (115 de 365 + 1)

Los videos que incluyo en esta entrada solamente presentan las partes lentas de lo que podría considerarse el movimiento final de la Sonata Op 27 No 1, o sea, son secciones pequeñitas tomadas de ese movimiento. La música faltante está conformada por secciones más rápidas que, si bien, no son necesariamente más difíciles técnicamente, sí son más exigentes físicamente (cansan más, mejor dicho), y como no he podido tocar con juicio (por falta de tiempo como notarán por las entradas 103 a 112), estoy seguro de que intentar grabar el movimiento completo me dejaría frustrado y agotado. Por eso, los dos videos que escucharán terminan como en continuará. Y que disculpen.

Por otro lado, y como mencioné hace ya un tiempo, las piezas que Beethoven compone en la tonalidad de la bemol mayor (o incluso breves secciones en otros movimientos y piezas que pasan por esa tonalidad) son el epítome de lo conmovedor y siempre he disfrutado mucho tocarlas. Este movimiento, en particular, pinta una imagen demasiado específica que no tiene nada que ver con la música, pero va más o menos así:

“Un hombre barbado y canoso teclea en la lengua de Cervantes los secretos jamás contados de la Historia de Colombia, tras haber leído las noticias en francés; entre tanto, una mujer de joven eternidad resuelve el enigma numérico de turno y procura ignorar el acorde sospechoso que suena lindo pero rarito. El palo de rosa vibra mientras que, al lado, la piedra recorrida de escaleras ajenas es percusión no solicitada. Tal vez llueve, porque esta ciudad es solo es bella cuando llueve. A veces huele a tinto.”

Reseña Segunda Fundación (58 de 365 + 1)

Lo que me gustó

Al igual que Fundación e Imperio, este libro está conformado por dos novellas. La primera es la continuación directa de la historia del Mulo y trata del combate final entre el mutante y la Segunda Fundación. La segunda trata sobre un enfrentamiento entre la Primera y la Segunda Fundación para mantener en marcha el Plan Seldon. De las dos, la primera, El mulo inicia la búsqueda, es significativamente mejor.

Lo que más me gusta de El Mulo inicia la búsqueda es que desarrolla con más intensidad al personaje del Mulo y nos otorga detalles sobre sus reflexiones personales, sus verdaderas intenciones y las estrategias que subyacen a la manera en que utiliza su poder. Es una persona fría y calculadora, pero también es una criatura traumada por el rechazo y más que nada porque su poder le ha impedido averiguar si existe alguien que lo aprecie de verdad. Ahora bien, habiendo sido derrotado precisamente por la muestra de cariño sincero que le otorgó Bayta, su obsesión con la Segunda Fundación es al mismo tiempo su inspiración y su más clara debilidad, lo que resulta muy bien justificado a lo largo de la historia. Al final, se siente venir el momento en que (spoiler alert) se enfrentará con sus iguales pertenecientes a la Segunda Fundación y será derrotado en un combate telepático singular contra el Primer Orador.

Con respecto a este encuentro, me pregunto si el Mulo no estará basado en Atila, de quien se dice que desistió de invadir Roma luego de hablar con el papa Leo. A ciencia cierta, nadie sabe qué pasó ese día, pero si se ha conjeturado que fue una especie de acto divino (telepatía para Asimov) el que impidió que el llamado “azote de dios” destruyera Europa y no me sorprendería que esta historia hubiera inspirado el relato del Mulo. Otro par de similitudes entre Atila y el Mulo se pueden encontrar en la descripción que hacían del aspecto del conquistador Huno (deforme de las piernas por nunca bajarse del caballo) y en lo corto de su reinado, pues sus conquistas solamente duraron mientras estuvieron con vida. (Fin del spoiler)

Respecto a La búsqueda de la fundación, lo que más disfruté fueron las descripciones de los mecanismos científicos que justificarían la existencia de la telepatía como una habilidad natural y no solamente como un recurso mágico de literatura fantástica. Las interacciones entre los oradores (que también aparecen en la primera novella) son a veces un poco difíciles de seguir, pero leerlas y releerlas hasta que tengan sentido le permiten a uno imaginarse un mundo donde los poderes extrasensoriales son un acto natural de aprendizaje y no un arte mágico reservado para los “sacerdotes”. Algo así como la escritura, que en su momento fue un aprendizaje reservado a las clases religiosas de todas las civilizaciones del mundo antiguo, dotado muchas veces de poderes sobrenaturales y ahora es una necesidad básica enseñada a casi cada ser humano nacido en este planeta, que ciertamente no ha dejado de ser poderosa.

El argumento de esta novella no me parece que esté bien pensado, pero las revelaciones acerca de la ubicación de la segunda fundación (básicamente un juego de palabras con el significado de la palabra “extremo”) y la identidad del Primer Orador son sencillamente magníficas. La primera lo es porque para una persona, para un individuo, sería obvio (spoiler) que la segunda fundación está en Trantor y por ello Mis logra averiguarlo, pero esa misma revelación jamás sería lógica para una población entera, para todo una civilización, y por ello el plan Seldon y la psicohistoria funcionan. También cabe aquí mencionar que el final de Fundación e Imperio es mucho más emocionante por lo cerca que estuvo el Mulo entonces, de casi encontrar lo que buscaba y perderlo estando tan cerca (fin del spoiler). Con respecto a la segunda revelación, es sencillamente muy bonita.

Finalmente, diré que la evolución en las técnicas de escritura de Asimov es evidente. Al principio se nota que no contaba con las capacidades para describir ambientes, estructuras o interacciones físicas, por lo que su literatura se dedica únicamente a reproducir diálogos, mientras que estas últimas novelas y relatos son mucho más ricas en descripciones, sin dejar al un lado su máxima habilidad: las interacciones dialógicas entre personajes interesantes.

Lo que no me gustó (solo spoilers)

La búsqueda de la fundación no tiene un argumento que tenga sentido. Seldon menciona durante la primera crisis en Fundación que la segunda fundación existe y que su misión es prácticamente la misma misión que la de la primera, de modo que tener como antagonistas a personajes ciudadanos de la primera fundación que quieren destruir la segunda es ilógico y bastante tonto. La historia tendría más sentido si se tratara únicamente de un grupo de científicos de la segunda fundación, tratando de borrar de la memoria de la gente todo recuerdo de su existencia, de modo que, como dice el primer orador, la confianza que sostiene a la primera fundación como cuna del segundo imperio dependa de sí misma y no de la existencia de salvadores externos. Con esta idea en mente, todo podría resolverse más lógicamente si durante la guerra contra Kalgan la segunda fundación fuera destruida “accidentalmente” y así la historia siguiera el curso natural del plan Seldon. Pero las confabulaciones de los últimos capítulos sobre las distintas respuestas y que el papel de la nieta de Bayta junto con su padre sea el de odiar a la segunda fundación y ayudar a destruirla es verdaderamente ilógico. Además porque Términus era el último lugar donde podría estar la segunda fundación: dado que la segunda fundación venció al Mulo, sí la segunda fundación hubiera estado en Términus, entonces el Mulo jamás habría podido dominarla; la cosa se cae de su propio peso.

Por otro lado, algo que me deja un pésimo sabor de boca es que el Primer Orador sugiere que Bayta venció al Mulo con ayuda de la segunda fundación y creo que ello desvirtúa profundamente al personaje. Si el cariño y sinceridad que ella le profesaba no fueron lo que realmente le dieron la fuerza para matar a Mis y salvar a la galaxia, entonces ella solo fue un títere más.

Finalmente, tengo sentimientos encontrados con el sacrificio de los cincuenta científicos que son asesinados para que la galaxia crea que la segunda fundación ya no existe. Es matemáticamente correcto, pero hace pensar que la segunda fundación es tan mala como cualquier líder de ejército que manda a sus fanáticos como carne de cañón para poder ganar una guerra. Pero lo de la moral ambigua es una constante a lo largo de toda la saga de fundación: tener un segundo imperio no es necesariamente algo bueno, es solamente menos malo que el caos de no tenerlo. Es, literalmente, el menor de dos males, y no se supone que creamos que la fundación representa un gobierno correcto de gente bondadosa, solo el gobierno más efectivo para la civilización descrita. Es por eso que sus líderes son manipuladores, calculadores, crueles y despiadados, cuando el fin justifica los medios y los medios no son especialmente violentos.

En conclusión

Me quedan faltando los extraterrestres, pero una historia sobre una galaxia poblada de humanos es científicamente correcta y todas sus luchas, hasta las que usan magia, son descritas de manera tam convincente que uno siente que son perfectamente plausibles. Fundación, sin lugar a dudas se merece su lugar en la historia como la mejor trilogía de ciencia ficción de todos los tiempos.

Reseña Fundación e Imperio (56 de 365 + 1)

Lo que me gustó

A diferencia del primero, este libro sí es una novela, o más bien dos novellas juntas (para usar la clasificación inglesa por cantidad de palabras) en un sólo conglomerado. (Spoiler alert) La primera trata del enfrentamiento entre la Fundación y el ya decaído imperio, y está a propósito escrita como una historia frustrante, o más bien, frustrante para sus protagonistas, puesto que ellos están incluidos allí para proporcionar un punto de vista que demuestre que las matemáticas de Seldon funcionan en términos universales y no dependen de la intervención de unos pocos individuos; o dicho de manera más simple, los actos de Devers y Barr (los protagonistas) son enteramente irrelevantes, puesto que el comportamiento de las masas, y en especial el de una institución representada por un emperador paranóico, es perfectamente predecible y no requiere de ninguna intervención externa: si un general del imperio se vuelve demasiado exitoso, el emperador va a creer que éste lo quiere derrocar y, a la primera oportunidad, lo va a ejecutar. Y creo que ello hace casi comédicas las situaciones en que se meten Devers y Barrs, quienes se recorren toda la galaxia llenos de buenas intenciones para lograr prácticamente nada y aún así salir triunfantes.

La segunda novella “El Mulo” es el mejor de todos los escritos de esta trilogía. Primero, tiene el mejor personaje femenino (de hecho el único personaje femenino que valga la pena en 895 páginas de toda la fundación). Segundo, es la primera vez que el plan Seldon falla y por la acción, precisamente de un individuo, el mutante El Mulo, lo que genera un interesantísimo contraste con la novella anterior (como los dos hemisferios de una misma ecuación). Tercero, más que una historia de ciencia ficción es un relato de literatura fantástica donde Asimov logra justificar científicamente (biológicamente para ser precisos) la existencia de un poder mágico de nivel telepático. Cuarto y más importante, tiene un maravilloso plot twist; plot twist que, además, resulta más emocionante a las luz de los acontecimientos de Segunda Fundación. (Fin de spoilers)

Finalmente, estoy seguro de que el holorófono de Futurama está basado en el visisonor de este libro. Hasta Matt Groening ha leído Fundación.

Lo que no me gustó

Este libro es prácticamente perfecto. Nada que criticar.

En conclusión

¡Bayta Darrel para emperatriz!

Películas de los Óscares IV: Spiderman Across the Spiderverse (25 de 365 + 1)

A menos que el espíritu de la academia sea darle el Óscar al cuchito Miyazaki antes de que se muera, lo más probable es que esta película sea la que gane. Mi personaje favorito de esta segunda parte y, como probablemente pretendían los escritores de la misma, es Gwen Stacy. De hecho, estaba viéndola por segunda vez el otro día y creo que, obviando las dinámicas escenas de acción que lo mantienen a uno literalmente, en el borde del asiento (expresión préstamo de la lengua inglesa, pero que me suena esta vez muy apropiada), mis momentos favoritos de la película son las interacciones de Gwen con su padre, George Stacy. Los diálogos contienen únicamente las palabras necesarias y la animación que los acompaña está deliberadamente distorsionada, como una clara indicación del complicado momento en que se encuentra la relación. Del mismo modo, los colores que rodean las auras de los dos personajes sugieren los conflictos de sus emociones y van cambiando a medida que la conversación los va dirigiendo a sus nuevos lugares y resoluciones mentales. Casi que me da la impresión de que una serie de fotogramas al óleo de los momentos más importantes de esas conversaciones podría venderse a buen precio en un museo de arte moderno.

Ahora, en términos generales, esta película lo tiene todo. Acción, comedia, romance, drama y revelaciones inesperadas que conectan, inusitadamente, los hechos de la primera película con la segunda. Honestamente, no esperaba que hubiera conexión entre las dos películas más allá del hecho de que Miles quería encontrarse de nuevo con Gwen, además porque la escena postcréditos me hizo creer que habían pasado algunos años entre uno y otro largometraje (aunque según Wikipedia al final fueron solamente 16 meses), pero luego entendí que fue porque confundí a Miguel con Miles, pero bueno.

El caso es que esta película es excelente y si no la han visto, deberían hacerlo. Me falta ver la de Miyazaki para ver si cambio de opinión, pero esta es la que debería ganar el Óscar.

Sobre leer en el bus (22 de 365 + 1)

Creo haber mencionado esto antes, pero estoy seguro de que la mayor parte de mis lecturas las he realizado en el transporte público y le debo a los buses y taxis de todos los colores haberme encontrado con los mejores mundos que me ha ofrecido la literatura. Supongo que muchos dirán algo similar sobre las series de Netflix, Disney, HBO o Amazon Prime que descargan a sus celulares y disfrutan mientras pasean de cabo a rabo por la capital, pero yo soy de entretenimiento pesado, porque los libros pesan, así sus temas sean ligeros.

Mi vicio comenzó en el bus de la ruta para el colegio y naturalmente se extendió a la buseta que me llevaba a la universidad. Al principio me resistí a leer cuando no encontraba silla, pero el tiempo de lectura se me redujo tanto que tuve que arriesgarme a sostener el peso de maleta, hombre y fotocopias con una sola mano, extendida hasta el tubo, mientras que con pulgar en medio abría el libro y pasaba página tras página.

Luego el bus se transformó en el Transmilenio y en el paraíso del fuelle, donde basta una espalda bien apoyada para no caerse, pude ahondar en tomos con brazos abiertos y no temer cargar las amplísimas antologías y/o compendios de las obras completas del autor de turno. En paralelo, y de vez en cuando, me permitía la silla de atrás de los carritos amarillos, para escapar del endemoniado taxímetro e ignorar las historias del (atr)avezado conductor. En ocasiones me quedaba dormido, cabeza y manos extendidas sobre la última página en que aún estaba conciente, pero ello también hace parte del proceso de lectura, porque el buen libro da sosiego.

Sencillamente, amo leer en movimiento, y en estos días en que vuelvo a montarme en los carmines acordeones andantes de Bogotá, procuro buscarme la esquina, donde apenas sostenido por voluntad y no por fuerza, las páginas me balancean en las literas y las figuras de la mente transportadora.

Porque más allá del qué, lo importante es que se lea y que se lea bastante y en donde quiera que se pueda.

Sobre animales “paleontoligizados” y dinosaurios “gorditos” (20 de 365 + 1)

http://C.M. Kosemen / Via amazon.com

Me encontraba hoy de casualidad un artículo de Buzzfeed que referenciaba unas imágenes provenientes de un libro que se llama: All Yesterdays: Unique and Speculative Views of Dinosaurs and Other Prehistoric Animals. Allí, tres artistas dibujan animales modernos a la manera en que distintos paleoartistas han dibujado tradicionalmente los dinosaurios. Los resultados son de hecho, espeluznantes (vean la “Cebra” de arriba) y si pueden comprar el libro o me dicen donde lo puedo conseguir me harían un favor. Entre tanto, pueden dirigirse al artículo de Buzzfeed donde me encontré varias de las imágenes tomadas del libro:

https://www.buzzfeednews.com/article/natashaumer/dinosaur-animals

Pero si quieren una visión más seria y explicativa del tema diríganse a:

https://blogs.scientificamerican.com/tetrapod-zoology/dinosaurs-and-the-anti-shrink-wrapping-revolution/

Lo que más me divertía de todo el asunto era pensar en que cientos de miles de años de historia humana probablemente afectaron las reconstrucciones artísticas de las criaturas paleontológicas y el miedo que debe haber afectado a los primeros seres humanos que encontraron estos huesos y les hicieron pensar en dragones, leviatanes, quimeras y unicornios logró afectarnos hasta el día de hoy en museos, libros de historia y películas populares como Jurassic Park. Empezando porque la palabra dinosaurio significa lagarto terrible. Y, ciertamente, tiene sentido, pues ningún humano vio viva a ninguna de estas criaturas y encontrarse con huesos que no se parecían a los de ningún otro ser vivo y en general eran mucho más grandes daba para aterrorizarse. Eso, y que seguramente Richard Owen quería vender muchas entradas al museo natural de historia, que donde diga que eran solo “lagartos grandecitos” de pronto no hubiera pegado tanto la idea.

Esto, claramente significa que jamás sabremos cómo eran todos los dinosaurios realmente y que seguramente, había muchos que eran más bien gorditos y no solamente bolas de huesos con piel y músculos pegados alrededor. Y como se sabe que los dinosaurios y los pájaros están conectados, no tendría nada de raro que un tiranosaurio realmente se hubiera visto algo así:

O incluso así:

Entre tanto, les dejo un artículo sobre cómo las tribus africanas ya habían encontrado fósiles y un poco más de información de la historia de los mismos:

https://www.livescience.com/animals/dinosaurs/dinosaur-finger-bone-from-lesotho-rock-shelter-suggests-africans-discovered-fossils-centuries-before-british-did

Los perros han cambiado (13 de 365 + 1)

Esta mañana, entre sueño y sueño de un pesado despertar, escuché lo que parecían ser dos perros peleándose en la calle. Como sabrán todos los que duermen, los estados oníricos suelen estar desprovistos de temporalidad, y por ello sentí que el enfrentamiento canino pertenecía a la eternidad.

Horas más tarde, cuando sentado en el piano recordé el evento, caí en cuenta de lo esporádicas que son esas batallas callejeras y aún más caído me vi (en la cuenta) cuando empecé a reflexionar sobre el hecho de que cuando era niño, lo de los perros peleando era más bien normal. En mi barrio de niño, por ejemplo, mientras jugábamos fútbol sobre las verdes praderas se aparecía un perro de esos vacunos (manchas marrón sobre tela blanca) que corrían detrás de la pelota, se abalanzaban contra todos los carros y le ladraban a todo lo que se moviera y tuviera cuatro patas. Era incómodo porque, por un lado, me asustaba, por el otro, me daba cosa que nos fuera a morder la pelota, pero al final era divertido poder interactuar con otro se vivo que parecía enfurecido, pero al final solamente estaba siendo perro.

Por ello mismo, era más bien normal escuchar a la una, dos o tres de la mañana el ladrido ocasional y el gruñido precedente al chasquido callejero de mandíbulas combatienes. La cosa nunca duraba demasiado y la mayor parte de las veces terminaba con que alguno de los cánidos exhalaba un lastimero “kai-kai-kai”, y cada criatura se separaba para no volver a verse sino en los invisibles bordes de sus territorios delimitados. Y los perros no siempre eran callejeros, si acaso eso es lo que están conjeturando, pues el noble can amarrado a su amo también luchaba por hacer gala de sus técnicas de batalla.

Salto al siglo XXI y que dos perros se peléen es más bien extraño, da para llamar a la policía y hasta impagables multas que el más privilegiado se encarga de clavarle al que no le alcanza para el pan. Y, claro, que lo que escuché esta mañana seguramente se fue hasta la comisaría de familia y del “kai” perruno del pasado evolucionamos al CAI humano más cercano. Suena aburrido, problemático y lleno de trámites. Kafkiano, si me permiten.

Por otro lado, no obstante, la perrita de la foto, a quien llamaremos “Estrella” para proteger su identidad, todavía intenta cazar las llantas de los carros, muerde los palos de madera como si fueran huesos y al ver a otros hermanos de su especie les ladra sin cesar; y sí se le acercan les muestra los dientes amenazante. El mundo dirá que es un animal violento, pero yo veo en su vacuno estampado la herencia comportamental de sus ancestros lobunos y sin lugar a dudas también veo a la joven criatura cánida que por allá en los noventa y tantos perseguía la pelota con que jugábamos en el barrio. En resumen, veo a un perro normal.