Películas de los Óscares VII: Oppenheimer

La academia odia a Christopher Nolan y año tras año le ha negado los premios que se merece. En 2002 lo nominaron por Memento como mejor guión original, pero el ganador fue una película llamada Gosford Park, que es la primera vez que la oigo nombrar, y lo peor, es que otro de los nominados ese año era Amélie, lo que no significa que Gosford Park sea mala, sino que obviamente la academia escogió la película que no pasó la prueba del paso del tiempo.

En 2011, por Inception, Christopher fue nominado a mejor película y mejor guión original. En las dos perdió contra El discurso del rey, lo que no es tan grave en el caso de mejor película, porque ese largometraje sí me gustó, pero entrados a analizar, una historia diseñada para ser grabada en diversos escenarios, que se supone suceden simultáneamente (como Inception), es objetivamente un guión más difícil de escribir que un argumento basado en hechos de la vida real y en un discurso que ya estaba escrito (y que es el punto central de la pelicula). Y volviendo a lo que mencioné antes, Inception hace parte ya de la cultura popular, lo que la hace temporalmente mucho más valiosa.

Interstellar fue específicamente nominada en las categorías que no tenían el nombre de Christopher Nolan asociado. Y en cambio ganó mejor director Cuarón por Gravity, que es un asco de película. De hecho, conocí a Cuarón cuando dirigió la única película de Harry Potter que detesto de principio a fin, El prisionero de Askaban, por ser la que peor adapta el libro y por ser la que en su afán de darle más protagonismo del merecido a Harry, convierte los diálogos más reveladores y relevantes que Rowling escribió en su vida, en juegos baratos de cámaras girando por todo el escenario y en personajes que siempre parecieran estar afanados gritando sus escenas y huyendo de la cámara. Basura cinematográfica y pretenciosa, igual que Gravity. Al menos ese año le dieron mejor película a 12 years a slave.

En 2018 volvieron a nominarlo por mejor película y mejor director, esta vez por Dunkirk, pero como los directores mexicanos estaban de moda, le dieron ese premio de dirección a Guillermo del Toro, que se lo merecía por cualquier otra película, pero no por esa. Y me disculparán los que disfruten de la forma del agua, pero ese bodrio es una película de fantasía tipo softcorn de porno con bestialismo incluido. Ahora bien, tampoco se lo merecía Nolan, ya que sin lugar a dudas el mejor contendiente era en ese entonces Jon Peele con Get Out en las dos categorías.

Y ahora se viene Oppenheimer. La película es excelente y las actuaciones son de lo mejor que puede haber. Pero la academia odia a Nolan y esta película, aunque ha arrasado en premios en otros lados, para mí no tiene tanto impacto como Interstellar o Inception y probablemente premien a sus actores, pero no a Christopher. Pero si gana, lo celebraré porque es lo justo. Entre tanto, a esperar.

Películas de los Óscares IV: Spiderman Across the Spiderverse (25 de 365 + 1)

A menos que el espíritu de la academia sea darle el Óscar al cuchito Miyazaki antes de que se muera, lo más probable es que esta película sea la que gane. Mi personaje favorito de esta segunda parte y, como probablemente pretendían los escritores de la misma, es Gwen Stacy. De hecho, estaba viéndola por segunda vez el otro día y creo que, obviando las dinámicas escenas de acción que lo mantienen a uno literalmente, en el borde del asiento (expresión préstamo de la lengua inglesa, pero que me suena esta vez muy apropiada), mis momentos favoritos de la película son las interacciones de Gwen con su padre, George Stacy. Los diálogos contienen únicamente las palabras necesarias y la animación que los acompaña está deliberadamente distorsionada, como una clara indicación del complicado momento en que se encuentra la relación. Del mismo modo, los colores que rodean las auras de los dos personajes sugieren los conflictos de sus emociones y van cambiando a medida que la conversación los va dirigiendo a sus nuevos lugares y resoluciones mentales. Casi que me da la impresión de que una serie de fotogramas al óleo de los momentos más importantes de esas conversaciones podría venderse a buen precio en un museo de arte moderno.

Ahora, en términos generales, esta película lo tiene todo. Acción, comedia, romance, drama y revelaciones inesperadas que conectan, inusitadamente, los hechos de la primera película con la segunda. Honestamente, no esperaba que hubiera conexión entre las dos películas más allá del hecho de que Miles quería encontrarse de nuevo con Gwen, además porque la escena postcréditos me hizo creer que habían pasado algunos años entre uno y otro largometraje (aunque según Wikipedia al final fueron solamente 16 meses), pero luego entendí que fue porque confundí a Miguel con Miles, pero bueno.

El caso es que esta película es excelente y si no la han visto, deberían hacerlo. Me falta ver la de Miyazaki para ver si cambio de opinión, pero esta es la que debería ganar el Óscar.

Películas de los Óscares II: Nimona(23 de 365 + 1)

Mi hija llegó una tarde y me dijo que quería ver Nimona. Le dije que podíamos verla después de hacer tareas, hacer la clase de piano y salir a comer onces. Accedió a las primeras dos, pero la tercera fue renegociada a que podíamos comer mientras que veíamos la película. Ella ya la había visto, por lo que a los quince minutos de empezada ya me había arruinado uno de los plot twists más importantes (😡😡😡se charló al respecto y desde entonces no me lo ha vuelto a hacer), pero para mi más grande placer, saberlo no me dañó la experiencia filmográfica.

Es una película hermosamente animada, llena de emocionantes secuencias de acción, graciosísimas interacciones entre los personajes, finísimos momentos de comedia física y, sobre todo, un muy bien elaborado mensaje respecto a la manera en que las grandes historias, y en particular las leyendas, se construyen deliberadamente omitiendo o alterando detalles de lo sucedido, de modo que se engrandecezcan y defiendan las intenciones e ideales político-económicas de quienen se encargan de difundir dichas leyendas. Esto tiene, por supuesto, consecuencias desastrosas en la vida de quienes no coinciden con dichas posturas y no debe haber nada peor que sentir que lo que uno es en su esencia, resulta siendo considerado la manifestación de la maldad pura. Y todo esto en dibujitos animados.

De hecho, la secuencia final, en la que convergen todas las historias de los personajes, tanto del presente y el pasado del mundo construído en la película, conmueve hasta las lágrimas y es fácil celebrar los triunfos de los personajes principales, sabiendo lo que han tenido que superar para llegar allí.

A pesar de todo lo bueno que dije, es muy poco probable que gane en los óscares, teniendo en cuenta que sus contendientes incluyen a la que se supone sería la última película de Miyazaki y el producto estrella de animación de Sony (de las cuales hablaré en otras entregas). Sin embargo, le haré fuerza el 12 de marzo, porque uno nunca sabe.