Sobre Richard M. Sherman (145 de 365 + 1)

La película Salvando a Mr. Banks cuenta una historia de cómo Walt Disney convenció a P.L. Travers de venderle los derechos de su obra para hacer la película Mary Poppin (y digo “una historia” porque la versión de Disney al respecto es distinta de la que contaba Travers.) Recuerdo con cierto cariño esta película porque fue una de las primeras (si no la primera) que vi el día de que me enteré de que la inscripción que tenía en aquel entonces de servicio de televisión también me permitía ver las películas y series de HBO (en esa época, al menos en latinoamérica, HBO era el primero en transmitir en televisión el contenido de Disney que había sido estrenado en cine). La disfruté bastante, sobre todo las escenas en que aparecían Richard Sherman y Robert Sherman componiendo las canciones para la famosísima película, aquí uno de los clips:

Con sus dos horas y diecinueve minutos, Mary Poppins es una película especialmente larga para un público infantil y recuerdo que cuando la vi por primera vez, como debe haberle pasado a la mayoría de niños que la vieron en su estreno por allá en 1964, solamente me quedaron grabadas las canciones y por mucho tiempo (creo que hasta el día en que vi el capítulo parodia de los Simpsons) no supe muy bien de qué trataba. Es más, por culpa de Julie Andrews y la presencia de canciones, mi cerebro infantil confundía a Maria von Trapp con “María” Poppins. Decía de las canciones entonces que, desde que vi por primera vez la película, fueron mi parte favorita y, por culpa de esas escenas en Salvando a Mr. Banks me puse a averiguar acerca de los dos compositores. Además de las canciones de Mary Poppins, me alegró saber que otros de mis temas favoritos habían sido compuestos por ellos, a saber, las canciones de los Aristogatos y una canción particular que suena a sonata de Mozart, pero más divertida:

Apenas me enteré de que uno de los hermanos todavía estaba con vida, me puse a averiguar qué estaba haciendo y me sorprendió saber que Richard iba a aparecer en la película Christopher Robin, protagonizada por Obi Wan Kenobi (digo, Ewan McGregor). Para los que no la han visto, es una historia tipo “regreso al país de nunca jamás” donde Christopher Robin, el dueño de Winnieh the Pooh, regresa el bosque de los 100 acres, ya siendo un adulto, a reencontrarse con su niñez. El argumento es simple y predecible, pero no por ello deja de ser una película bonita, bastante agradable y muy bien actuada y, en la escena post créditos se puede apreciar al señor Sherman cantando la canción que compuso para la película Busy Doing Nothing:

En fin, que a lo que voy es que saber de su fallecimiento el día de ayer me entristeció. Pero al menos nos quedan sus canciones que espero se tomen el trabajo de escuchar, seguro encuentran alguna melodía que por allá en sus infancias les hizo sonreir.

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